Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Samuel 7, 2-28

2 dijo el rey al profeta Natán: «Mira; yo habito en una casa de cedro
mientras que el arca de Dios habita bajo pieles.»

3 Respondió Natán al rey: «Anda, haz todo lo que te dicta el corazón,
porque Yahveh está contigo.»

4 Pero aquella misma noche vino la palabra de Dios a Natán diciendo:
5 «Ve y di a mi siervo David: Esto dice Yahveh. ¿Me vas a edificar tú

una casa para que yo habite?

6 No he habitado en una casa desde el día en que hice subir a los
israelitas de Egipto hasta el día de hoy, sino que he ido de un lado para otro
en una tienda, en un refugio.

7 En todo el tiempo que he caminado entre todos los israelitas ¿he
dicho acaso a uno de los jueces de Israel a los que mandé que apacentaran a
mi pueblo Israel: “¿Por qué no me edificáis una casa de cedro?”

8 Ahora pues di esto a mi siervo David: Así habla Yahveh Sebaot: Yo
te he tomado del pastizal, de detrás del rebaño, para que seas caudillo de mi
pueblo Israel.

9 He estado contigo dondequiera has ido, he eliminado de delante de ti
a todos tus enemigos y voy a hacerte un nombre grande como el nombre de
los grandes de la tierra:

10 fijaré un lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré allí para que more en
él; no será ya perturbado y los malhechores no seguirán oprimiéndole como
antes,

11 en el tiempo en que instituí jueces en mi pueblo Israel; le daré paz
con todos sus enemigos. Yahveh te anuncia que Yahveh te edificará una
casa.

12 Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas,
y
consolidaré el trono de su realeza.

13 (El constituirá una casa para mi Nombre y yo consolidaré el trono
de su realeza para siempre.)

14 Yo seré para él padre y él será para mí hijo. Si hace mal, le
castigaré con vara de hombres y con golpes de hombres,

15 pero no apartaré de él mi amor, como lo aparté de Saúl a quien
quité de delante de mí.

16 Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí; tu trono
estará firme, eternamente.»

17 Natán habló a David según todas estas palabras y esta visión.

18 El rey David entró, y se sentó ante Yahveh y dijo: «¿Quien soy yo,
señor mío Yahveh, y qué mi casa, que me has traído hasta aquí?

19 Y aun esto es poco a tus ojos, señor mío, Yahveh que hablas
también a la casa de tu siervo para el futuro lejano... Señor Yahveh.


20 ¿Qué más podrá David añadir a estas palabras? Tú me tienes
conocido, Señor Yahveh.

21 Has realizado todas estas grandes cosas según tu palabra y tu
corazón, par dárselo a conocer a tu siervo.

22 Por eso eres grande, mi Señor Yahveh; nadie como tú, no hay Dios
fuera de ti, como oyeron nuestros oídos.

23 ¿Qué otro pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel a quien un
dios haya ido a rescatar para hacerle su pueblo, dándole renombre y
haciendo en su favor grandes y terribles cosas, expulsando de delante de tu
pueblo, al que rescataste de Egipto, a naciones y dioses extraños?

24 Tú te has constituido a tu pueblo Israel para que sea tu pueblo para
siempre, y tú, Yahveh, eres su Dios.

25 Y ahora, Yahveh Dios, mantén firme eternamente la palabra que
has dirigido a tu siervo y a su casa y haz según tu palabra.

26 Sea tu nombre por siempre engrandecido; que se diga: Yahveh
Sebaot es Dios de Israel; y que la casa de tu siervo David subsista en tu
presencia,

27 ya que tú, Yahveh Sebaot, Dios de Israel, has hecho esta revelación
a tu siervo diciendo: “yo te edificaré una casa”: por eso tu siervo
ha
encontrado valor para orar en tu presencia.

28 Ahora, mi Señor Yahveh, tú eres Dios, tus palabras son verdad y
has prometido a tu siervo esta dicha;